PALMA, 15 de noviembre. La fiscal del caso ha mantenido firme su acusación contra Pau Rigo, tras el juicio en el que se ha discutido el uso de un arma de fuego durante un intento de robo en su hogar en Porreres, Mallorca, ocurrido en febrero de 2018. La representante del Ministerio Público sostiene que no se trató de un acto de defensa personal, sino que Rigo decidió "salir a por ellos" con la intención de proteger bienes materiales que ascendían a aproximadamente 15.000 euros.

En su exposición final ante el tribunal del jurado popular en la Audiencia Provincial de Palma, la fiscal se propuso desmantelar algunas de las versiones presentadas por Rigo durante el proceso, sugiriendo que el anciano intentaba presentarse con una imagen más favorable. Por ejemplo, argumentó que disparó contra uno de los ladrones solo porque éste lo habría amenazado con un garfio.

La fiscal, con un tono irónico, incluso mencionó que haría "matemáticas básicas" para reforzar su posición. Cito a peritos en balística de la Guardia Civil que afirmaron que el disparo se realizó a una distancia de entre 1.5 y 2 metros, a lo que debe añadirse la longitud del cañón del arma, que mide 1.13 metros. "A menos que el ladrón tuviera un brazo de cuatro metros, eso no tiene sentido", concluyó la fiscal.

Asimismo, la fiscal no halló evidencia suficiente para corroborar que Rigo y su exmujer, con quien vivía en aquel momento, fueran víctimas de una agresión física "extrema" antes del disparo, a pesar de que la mujer ofreció este testimonio bajo juramento. Según su declaración, en un momento de distracción de los asaltantes, decidieron que Rigo debía tomar una de las escopetas que estaban cargadas y ocultas tras la puerta de su dormitorio, como una medida de seguridad tras haber sufrido un robo violento meses atrás.

La fiscal continuó describiendo la escena, afirmando que Rigo se posicionó frente a la puerta de su habitación y disparó sin previo aviso al ladrón que apareció. "Al primero que llegó, pum, tiro, pum, desplomado, sin ningún ataque previo", narró, enfatizando que Rigo, a pesar de ser un cazador experimentado y llevar gafas, no disparó al azar, ya que logró impactar específicamente en el abdomen del ladrón.

“No creo que eso sea defender tu vida, sino salir a por ellos”, afirmó la fiscal, quien anteriormente había solicitado una pena de cuatro años de prisión para Rigo, aunque consideró que esta podría reducirse ligeramente debido a la inclusión de circunstancias atenuantes relacionadas con dilaciones indebidas en el proceso.

Además, hizo hincapié en que Rigo no informó a los servicios de emergencia, a pesar de haber hablado con ellos en tres ocasiones esa mañana, acerca de que había disparado a una persona. En cambio, lo que hizo fue crear una "película" para hacerles creer que los delincuentes permanecían en su casa.

La fiscal también respondió a la inquietud planteada por Rigo durante su declaración sobre cómo debería haber actuado. "Si hubiera estado en una habitación con tres escopetas, munición, y el botón de alarma, podría haberse encerrado allí", puntualizó, recordando una narrativa similar a la que ofreció al llamar al 112.

En otro ángulo del caso, la fiscal mencionó la implicación de dos acusados que habían planificado el robo, vecinos de Campos que ya cumplen condena por un asalto previo a la casa de Rigo. "Crearon un verdadero caos. Engañaron a dos hombres, haciéndoles creer que todo sería fácil", expresó. Tras confesar durante el juicio, podrían ver sus penas reducidas a tres años de prisión.

Por su parte, el abogado de la acusación particular, que representa a la familia de un hombre fallecido, hermano gemelo del acusado del robo, señaló que Rigo no es el héroe que algunos han querido retratar. “Aunque lo aclamen en las calles o redes sociales, la realidad es que no ha salvado a nadie. Solo buscó dar su 'castigo' al que entrara en su casa, y tenía las armas listas para ello”, subrayó.

El letrado también rechazó la posibilidad de que Rigo hubiera actuado en legítima defensa, señalando que, a pesar de que el miedo le afectó en cierta medida, estaba consciente de sus acciones en todo momento. "No importa si era un delincuente; la víctima no merecía morir de esa manera, tratándolo como una pieza de caza. El disparo era evitable, y la única persona que podía evitarlo era el señor Rigo", sentenció.