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"Investigación del crimen en la autopista: 'No fue un accidente, lo arrojaron'"

PALMA, 5 de diciembre. En un momento culminante, el juicio por la muerte de un turista alemán, quien presuntamente fue arrojado a la autopista de Llucmajor en octubre de 2022, ha llegado a su fase decisiva con la presentación de los informes de las diferentes partes implicadas.

La abogada que representa a la familia de la víctima ha expresado con firmeza que el incidente no puede ser encasillado como un caso de "balconing". Según su defensa, la tragedia se dio porque "lo tiraron", enfatizando que la responsabilidad de lo ocurrido recae sobre los acusados. Este argumento ha llamado la atención del jurado, a quien ha exhortado a reconocer lo que considera las “mentiras” pronunciadas por los demandados durante el juicio.

En sus declaraciones, la letrada subrayó el hecho de que sería conveniente pensar que el turista, en estado de embriaguez, se habría puesto en una situación de peligro por su propia voluntad. Sin embargo, refutó esa idea, afirmando que Tim no tomó la decisión de saltar; más bien, fue lanzado contra su voluntad. La abogada defendió con énfasis que quienes lo arrojaron conocían la gravedad de sus acciones y que el fatal desenlace era, de hecho, inevitable.

La abogada también reconoció la valentía de un testigo fundamental en este caso, quien, sin beneficio personal alguno, declaró haber presenciado el momento en que el turista fue empujado desde una furgoneta en movimiento. Este testimonio, según su perspectiva, es crucial para comprender la magnitud del acto violento que tuvo lugar.

Por otro lado, tanto la acusación como la Fiscalía han mantenido la solicitud de imponer una condena de 25 años de prisión para cada uno de los acusados, calificando los hechos de asesinato. La representante del Ministerio Público argumentó que se cumple con las condiciones de alevosía e indefensión de la víctima para justificar esta categorización del delito.

La fiscal, además, calificó de “imposible” la versión proporcionada por los acusados, afirmando que ha sido contundentemente refutada tanto por testigos como por peritos. Según su criterio, la responsabilidad recae sin duda alguna en los acusados, que, en conocimiento de la peligrosidad de sus actos, asumieron las consecuencias fatales de sus decisiones.