El sindicato CGT Baleares ha hecho un llamado urgente a la población para que esté atenta, ya que la garantía de atención a las llamadas de emergencia podría verse comprometida debido a la huelga indefinida que llevan a cabo los trabajadores del 112 en la región.

Este miércoles, cerca de treinta personas se agruparon frente al Parlament y la Conselleria de Presidencia y Administraciones Públicas para reclamar mejoras laborales para los operativos que manejan emergencias en las Islas Baleares, quienes ya han cumplido una semana en huelga.

Desde el inicio de la movilización, la CGT ha denunciado que se han incumplido repetidamente los servicios mínimos establecidos, que deberían garantizar una atención del 100% de los recursos. Según el sindicato, este hecho pone de manifiesto la grave falta de personal que enfrenta el servicio de emergencias.

A pesar de enfrentar obstáculos para ejercer su derecho a la huelga, los trabajadores han evidenciado que en varios turnos han operado con un 20% menos de personal del que se necesitaría. Un ejemplo alarmante fueron los turnos del jueves y domingo, donde se trabajó con una plantilla significativamente reducida, lo que comprometió la atención de urgencias vitales.

La situación se ha vuelto aún más crítica en turnos específicos, donde la ausencia de hasta tres operadores ha afectado directamente la calidad del servicio. En casos extremos, como el sábado, solo había cinco operadores destinados a atender todas las llamadas en Baleares, lo que es insuficiente incluso sin considerar las necesarias pausas laborales. El lunes, el panorama fue aún más desolador, con solo dos operadores en servicio.

Además, el sindicato ha criticado las prácticas del Govern, que busca contar entre sus efectivos a puestos que no están dedicados a la atención de emergencias, con la intención de respaldar la supuesta garantía de atención. Sin embargo, la CGT ha reiterado que la capacidad de atender todas las llamadas correctamente no está asegurada.

Por otro lado, han calificado la última propuesta del Govern, que llegó antes del inicio del paro, como “ofensiva” y perjudicial, ya que implica quitar días de vacaciones y licencias, además de aumentar el número de turnos en períodos estivales. Por ahora, no se ha programado ninguna reunión para abordar estos temas con el Gobierno balear.