El lunes pasado, una barca de bou realizando su jornada de pesca en la bahía de Palma y Andratx se llevó una sorpresa desagradable al encontrar 13 atunes muertos y en avanzado estado de descomposición atrapados en sus redes de pesca. Esta no es la primera vez que sucede algo así, ya que a principios de junio la misma embarcación capturó otros cinco atunes de gran tamaño en la misma condición.

La fundación Marilles ha expresado su preocupación ante estos sucesos, sugiriendo que los barcos que se dedican a pescar atún en el mar balear para abastecer las granjas de engorde en Murcia y Tarragona podrían estar desechando los atunes que mueren durante el proceso en el mar, para evitar que se cuente en su cuota de pesca.

Los pescadores de la barca afectada han manifestado su frustración ante esta situación, asegurando que cambiaron su área de pesca habitual para evitar este tipo de encuentros desafortunados, pero aún así se han visto afectados nuevamente.

La fundación Marilles ha subrayado la gravedad de estas prácticas, ya que no solo impactan negativamente en los pescadores locales al perder la oportunidad de vender un pescado de alto valor comercial, sino que también representan una amenaza para la sostenibilidad del recurso y el ecosistema marino en general.

En este sentido, la organización ha solicitado una investigación exhaustiva para identificar a las embarcaciones y empresas responsables de estas acciones ilegales, así como la suspensión de la pesca de atún en aguas de Baleares para aquellas embarcaciones que puedan estar contribuyendo a este problema, hasta que se implementen medidas que garanticen que estas prácticas no se repitan en el futuro.