PALMA, 3 de abril. Las temperaturas en Baleares durante marzo se han mostrado notablemente elevadas, alcanzando un promedio de 13,4 grados, lo que representa una anomalía de 0,8 grados, de acuerdo con el informe climatológico publicado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Este fenómeno convierte a marzo en el octavo mes más cálido desde que comienzan los registros en 1961, igualando las cifras de años anteriores como 1990 y 2020. En términos regionales, Mallorca y Menorca experimentaron condiciones "muy cálidas", mientras que Ibiza y Formentera reportaron temperaturas consideradas "cálidas".

A pesar de que las máximas se registraron en las Pitiusas, donde Formentera alcanzó los 15,2 grados e Ibiza los 13,9, Mallorca se situó en 13,2 grados y Menorca en 13,7 grados. Las anomalías calóricas fueron más marcadas en Menorca, con un incremento de 1,1 grados, mientras que el resto de las islas presentaron un aumento de 0,8 grados.

Entre los registros más impresionantes se destaca la localidad ibicenca de Sant Joan de Labritja, que llegó a los 25,8 grados, la temperatura más alta en Baleares para el año 2025, seguida de Binissalem en Mallorca, con 24,5 grados. Por otro lado, las mínimas correspondieron a Escorca con -1,3 grados, un fenómeno poco habitual, y a Sant Joan de Labritja con 1,8 grados.

En términos de precipitaciones, marzo fue catalogado como un mes "muy húmedo" en todas las islas, ocupando el octavo lugar en la serie histórica desde 1961. La media de lluvias fue de 77,6 litros por metro cuadrado, lo que representa un aumento del 129% con respecto a la media habitual de 33,9 l/m2.

Desglosando por islas, Mallorca reportó 81,4 l/m2, Menorca 73,3 l/m2, Ibiza 64,7 l/m2 y Formentera 32,2 l/m2. En Mallorca, el clima tuvo un carácter tormentoso, con siete días de tormenta, granizo en seis días, y dos episodios de precipitación en forma de barro, además de una nevada en el Puig Major. Asimismo, se registraron fenómenos de tuba, una en Binissalem y otra entre Pina y Montuïri.

Finalmente, marzo también se caracterizó por sus vientos fuertes. En el aeropuerto de Menorca se contabilizaron 13 días con ráfagas intensas, superando la media usual de nueve días. Palma e Ibiza contabilizaron siete y ocho días en condiciones similares, respectivamente. Las rachas más fuertes alcanzaron los 106 km/h en Mallorca, 89 km/h en Menorca y 76 km/h en Ibiza.

En lo que respecta a las olas, Menorca experimentó un oleaje de hasta 12,6 metros, mientras que en Mallorca las olas alcanzaron un máximo de 6,1 metros, destacando una situación marítima notable en la región.