En un acto de solidaridad y firmeza, Lucía Muñoz, coordinadora de Podemos Baleares, y la activista Alejandra Martínez han declarado que no volverán a Mallorca hasta que su compañera, Reyes Rigo, logre regresar de Israel. Rigo sigue retenida, y las dos mujeres han decidido permanecer en Madrid junto a otros miembros de la Global Sumud Flotilla para demandar la intervención del Gobierno español en su caso.
Después de aterrizar en la capital tras su viaje, Muñoz y Martínez se encuentran comprometidas en visibilizar la situación de Rigo, quien sigue sin que se disponga de información sobre su bienestar. A través de un comunicado, el partido ha expresado la urgencia de que las autoridades actúen de manera inmediata para asegurar el regreso seguro de su compañera.
Las activistas han manifestado su preocupación ante la falta de información sobre el estado de salud de Rigo y han subrayado la importancia de presionar políticamente para su liberación. “Instamos al Ministerio de Asuntos Exteriores a que no escatime esfuerzos en proteger a Reyes y en facilitarnos información”, aseguraron.
Muñoz y Martínez han indicado que el trato recibido por ellas mismas como ciudadanas europeas pone de manifiesto la represión sistemática que enfrentan otros grupos, especialmente aquellos del sur global. Con preocupación, señalaron que si tal brutalidad se ejerce sobre activistas en medio del foco internacional, es fácil concebir los abusos que sufren diariamente los palestinos y otros activistas en situaciones de mayor vulnerabilidad.
Ambas purgaron días de confinamiento que incluyeron experiencias traumáticas como privación del sueño y violencia institucional. Martínez relató un incidente específico de “extrema violencia” que sufrió Rigo en su celda, lo que exacerba su angustia al no saber su paradero desde que fue separada del grupo.
En un momento crítico, las activistas se negaron a trasladarse a otra celda sin los escasos colchones que habían conseguido. Aunque al inicio los guardias estuvieron de acuerdo en permitirles llevarlos, su decisión cambió abruptamente, resultando en un forcejeo que culminó con el arresto de Rigo al intentar proteger a otra activista, Nina.
A partir de ese momento, las dos mujeres señalaron que no volvieron a tener noticias de Rigo, y lamentan que no ha habido comunicación oficial sobre su condición. “Nuestra experiencia es una muestra de la opresión que vivimos como ciudadanos del norte global, y nos preocupa seriamente pensar en lo que este sistema hace con las activistas del sur global y el pueblo palestino”, expresó Muñoz.
Las activistas también denunciaron que, al intentar obtener información sobre su compañera antes de ser llevadas al aeropuerto, fueron despojadas de su derecho a una respuesta. En un acto violento, las trasladaron a la fuerza, maniatadas, y sin ninguna consideración a sus reclamos.
La situación que enfrentaron pone de relieve la “brutalidad” de las acciones israelíes y la necesidad urgente de que el Gobierno español y la comunidad internacional actúen frente a la impunidad con la que operan estas autoridades. “No podemos quedarnos calladas; es fundamental alzar la voz y exigir respeto a los derechos humanos”, concluyeron Muñoz y Martínez.
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