
En una decisión sorprendente, la Fiscalía ha reducido la solicitud de pena de cárcel a 29 años y 6 meses para una banda que recientemente admitió en la Audiencia haber estado involucrada en el tráfico de cocaína, hachís y cannabis en Mallorca durante los años 2018 y 2019.
Tras alcanzar un acuerdo el martes pasado, las peticiones de penas ahora varían entre 1 y 3 años y 3 meses, con multas reducidas a un total de 123.000 euros. Esto contrasta con la petición inicial de hasta 48 años y medio de prisión y multas de hasta un millón de euros. Además, el fiscal retiró la acusación contra uno de los acusados, dejando el juicio para sentencia.
Según la Fiscalía, un grupo se encargaba de proporcionar la sustancia de corte para adulterar la cocaína, la cual otros acusados distribuían después. También se encargaban de facilitar información sobre consumidores y el cultivo de marihuana.
Otro grupo se dedicaba a la venta de hachís y marihuana al consumidor final en Palma y Santanyí. Este grupo, liderado por uno de los acusados, contaba con la ayuda de su esposa y su cuñado para transportar grandes cantidades de drogas por la isla. De hecho, el cuñado fue detenido por la Policía Nacional llevando 20 tabletas de resina de cannabis valoradas en 10.600 euros.
Un dato curioso es que uno de los presuntos traficantes fue denunciado ante la policía por su propia madre, una anciana, por utilizar su casa como laboratorio y punto de venta de droga.
Según el instructor del juicio, la mujer explicó que su hijo convivía con ella y recibía constantes pedidos de productos químicos que él aseguraba ser para anabolizantes, aunque se sospecha que eran sustancias de corte para cocaína. Además, la anciana afirmó que su hijo mantenía un laboratorio en el ático al que solo él tenía acceso, y que frecuentemente llegaba gente a la casa preguntando por él, a veces obligándola a entregar paquetes ella misma.
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