PALMA, 7 de octubre - La justicia en Mallorca ha emitido un fallo controvertido en un caso de abuso sexual que despierta interrogantes sobre el tratamiento de las víctimas en el sistema judicial. Un hombre, señalado por agredir sexualmente a la hermana de su pareja, quien tenía solo 14 años en ese momento, ha logrado una notable reducción en su condena al pagar 50.000 euros a la víctima.

Inicialmente, la Audiencia Provincial de Palma había programado el juicio para este martes, pero las partes involucradas optaron por llegar a un acuerdo antes de que el proceso comenzara, suscitando críticas sobre la posibilidad de que se prioricen los intereses de los acusados sobre la búsqueda de justicia para las víctimas.

La Fiscalía había demandado 12 años de prisión para el acusado, junto con una indemnización de 10.000 euros, calificando sus acciones como un delito de abuso sexual continuado. Sin embargo, la pena se redujo notablemente a solo dos años de prisión, que no tendrá que cumplir, debido a factores como dilaciones injustificadas y la compensación económica que se realizó.

Además de la reducida pena de prisión, el tribunal ha establecido una orden de alejamiento por diez años, así como una prohibición de comunicarse con la víctima. Sin embargo, muchos se preguntan si estas medidas son suficientes para garantizar la seguridad y la recuperación de la joven afectada.

El acusado, que admitió haber cometido los abusos, ya había pagado previamente la indemnización de 50.000 euros solicitada por la parte demandante. Según la fiscalía, los abusos ocurrieron durante el verano de 2016, mientras se encontraban de vacaciones en un barco en la costa de Mallorca, donde el acusado abusó de su pareja de forma reiterada, aprovechando la situación de proximidad.

En un momento crítico, cuando ambos quedaron solos en la cubierta del barco, el acusado sometió a la menor a tocamientos que la dejaron “paralizada”. A pesar de su intento de escapar a su camarote, al día siguiente el hombre volvió a agredirla, repitiendo el comportamiento insensible que había mostrado previamente, y amenazándola con negar lo ocurrido ante cualquier sospecha.

Como resultado de esta experiencia traumática, la menor ha estado lidiando con problemas psicológicos que requirieron la intervención de profesionales de la salud. Este caso pone de relieve la urgencia de revisar los mecanismos de protección y el tratamiento de las víctimas en situaciones de abuso, a la vez que se cuestiona la eficacia del sistema judicial en la defensa de sus derechos.