PALMA, 26 de septiembre. La lucha contra la delincuencia en Palma ha dado un paso significativo con la reciente detención de un hombre de nacionalidad senegalés, sospechoso de haber perpetrado una serie de ocho robos violentos en diversos establecimientos de la centralidad de la ciudad, incluidos cafeterías, supermercados, polideportivos y colegios. Este individuo ya ha sido enviado a prisión tras la decisión judicial correspondiente.

La Jefatura Superior de Baleares emitió un comunicado donde expone que el grupo de Robos de la Policía Nacional había registrado un alarmante aumento de delitos en el centro de Palma en un breve lapso de seis días. Estas ilícitas actividades se concentraron en áreas como la calle Aragón y la Plaza de las Columnas, así como en los colegios que se encuentran en dicha proximidad.

Investigaciones preliminares revelaron que los robos compartían un mismo patrón: se llevaban a cabo de manera violenta, rompiendo con fuerza puertas, ventanas y escaparates para acceder a los locales. Este modus operandi no dejó dudas sobre la determinación de los delincuentes, quienes actuaban durante la noche, aprovechando la oscuridad y el cierre de los establecimientos.

Testigos de los robos relatan momentos de tensión y miedo. Uno de los afectados expresó que, al ingresar a su negocio a las 4:30 de la mañana, escuchó ruidos extraños provenientes del área de atención al público. Al asomarse, salió al paso de un individuo que, al verse descubierto, se dio a la fuga, escapando por un hueco que había forzado en la estructura del local.

Otro propietario afectado comentó que, al intentar abrir su establecimiento, se percató de que los barrotes de seguridad habían sido doblados, creando un acceso amplio para una persona. En su interior, se encontró con el desorden causado por los delincuentes, quienes incluso habían consumido bebidas y alimentos durante el robo, llevándose consigo cinco botellas de alcohol del mostrador.

Las denuncias de las víctimas llevaron a la policía a descubrir que los robos no solo se limitaban a los comercios, sino que también se extendían a centros educativos. Se contabilizó la sustracción de pertenencias de un instituto, incluyendo una cámara fotográfica, tres objetivos y un ordenador portátil. Además, se supo que otro colegio había sufrido la pérdida de otro ordenador similar. En total, se estimaron pérdidas económicas que ascienden a unos 2.300 euros en dinero y aproximadamente 1.500 euros en bienes sustraídos.

Tras reunir todas las evidencias y testimonios de los perjudicados, el grupo de Robos llevó a cabo una pesquisa eficaz que llevó a la identificación del presunto autor. Finalmente, se procedió a su detención, confirmando su implicación en todos los delitos denunciados, y fue trasladado a las dependencias de la policía, donde se determinó su ingreso inmediato en prisión provisional.