La alarmante situación de violencia de género en España se ha visto nuevamente evidenciada por el caso de un hombre de 28 años, detenido por la Policía Nacional en Palma, tras haber amenazado de muerte a su expareja, quien había presentado hasta ocho denuncias en su contra por abusos físicos y psicológicos. Este individuo no solo ignoró las órdenes de alejamiento impuestas por las autoridades, sino que también propició un clima de terror, poniendo en riesgo la vida de la mujer y su entorno familiar.

La Jefatura Superior de Policía de Baleares ha señalado que, en consecuencia de estas denuncias, la víctima fue incorporada al sistema de protección VioGén, que evalúa su situación como de "riesgo extremo". Esta medida implicó que la mujer, por su propia seguridad, contara con vigilancia policial constante durante varias semanas, un reflejo de la gravedad de su situación y la necesidad de protección en estos casos de violencia machista.

Sin embargo, el acoso por parte del denunciado no cesó. A pesar de las medidas de seguridad implementadas, el sujeto continuó hostigando a la víctima, así como a su actual pareja y al hijo de ambos, profiriendo amenazas que generaron un estado de ansiedad y desasosiego en su entorno. Según las investigaciones, el hombre enviaba mensajes escalofriantes acompañados de imágenes de pistolas y balas, prometiendo que los "dejaría como un colador". En una ocasión, incluso hizo alusión a haber empuñado un cuchillo de cocina para amenazarlos.

Con cada nuevo acercamiento y amenaza, la situación se fue intensificando. A medida que la Policía intensificaba su investigación, el acusado comenzó a dirigir también sus amenazas hacia los propios agentes encargados de su seguimiento, afirmando poseer armas y contar con un "ejército" que intervendría si intentaban llevar a cabo su arresto. Este comportamiento exhibe no solo la peligrosidad del individuo, sino también el desafío que plantea ante la autoridad.

Finalmente, este pasado miércoles, la Policía logró localizar y arrestar al sospechoso en un salón de juegos de la capital balear, donde se encontraba. Cabe destacar que, además de las graves denuncias por violencia de género, el hombre estaba bajo investigación por el hurto de vehículos en el aeropuerto de Son San Joan, los cuales usaba para cometer robos en distintos domicilios, así como su participación en un robo ocurrido en Son Vida y en una estafa relacionada con vehículos de lujo.

El caso fue turnado al Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Palma, donde el hombre deberá responder por múltiples delitos, que incluyen el quebrantamiento de la orden de alejamiento, amenazas, hurto y robo con fuerza, así como una reclamación judicial de ingresos en prisión por un delito de estafa. Este episodio subraya la continua necesidad de medidas efectivas para proteger a las víctimas de violencia de género y garantizar que los infractores enfrenten la justicia con la contundencia que la situación requiere.