PALMA, 25 de marzo. Un caso de abuso sexual que tuvo lugar en 2009 en Santa Ponça ha llegado a una resolución judicial tras un acuerdo entre las partes involucradas. El acusado, quien en ese momento contaba con 34 años y actualmente es de nacionalidad india, ha aceptado una condena de dos años de prisión por delitos de abuso sexual continuado hacia una menor de seis años.

Previo al inicio del juicio, programado para la mañana de este martes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma, se estableció un pacto que dejó atrás la deliberación en el estrado. El hombre ha confesado su culpabilidad en relación con los hechos que se le imputan.

En un principio, la Fiscalía había solicitado una pena de seis años de prisión; sin embargo, esa solicitud se redujo. La razón de esta disminución se debe a la consideración de circunstancias atenuantes, entre ellas las demoras procesales que han prolongado el caso durante 16 años y la compensación económica de 2.000 euros que el acusado ha proporcionado como reparación del daño ocasionado.

A pesar de la condena, se decidió suspender la ejecución de la pena privativa de libertad por la falta de antecedentes penales del acusado. Esto significa que no deberá cumplir tiempo en prisión efectiva.

Adicionalmente, se logró un acuerdo que implica que el procesado deberá indemnizar a la víctima con la suma de 12.000 euros, que deberá abonar en un plazo de tres años. También se le ha impuesto una orden de alejamiento que le obliga a mantenerse a 500 metros de la víctima y se le prohíbe toda forma de comunicación durante cinco años.

De acuerdo con el relato del fiscal, los abusos fueron cometidos en varias ocasiones entre mayo y octubre de 2009, cuando la menor iba al hogar del acusado, donde su esposa la cuidaba. En esos momentos, el hombre aprovechaba los momentos de soledad para llevar a la niña a su dormitorio, donde llevaban a cabo tocamientos sexuales. Como resultado de estos actos, la menor ha experimentado graves secuelas psicológicas, incluyendo ansiedad, miedo, hipervigilancia y una baja autoestima, por las cuales ha necesitado tratamiento profesional.