En una decisión muy esperada, el Juzgado de Instrucción número 5 de Palma ha decidido no archivar la denuncia contra el exmonitor de la Fundació Natzaret acusado de abusos sexuales. En cambio, ha acordado transformar el proceso en un procedimiento ordinario de sumario, tal como solicitó la Fiscalía.

Esta medida procesal no significa automáticamente la apertura de un juicio, pero allana el camino para que el exmonitor sea juzgado por las acusaciones de abusos sexuales realizadas por un antiguo residente del centro, que ocurrieron cuando era niño.

El abogado del acusado, Francisco Ochoa, comunicó la noticia durante una conferencia de prensa, en la que el activista Antoni Estela, el denunciante, reaccionó visiblemente emocionado.

El letrado hizo hincapié en la importancia de este desarrollo judicial en un caso de esta naturaleza, particularmente por tratarse de incidentes ocurridos hace muchos años. Según Ochoa, "los hechos en sí son claros", y el debate central se centra en la prescripción del delito.

La portavoz de la asociación ARDIP, Marga Mogica, destacó la necesidad de reparación para las víctimas, respaldando a Estela en todo momento durante el proceso.

Estela, por su parte, reiteró la importancia de que los delitos de este tipo no prescriban mientras la víctima esté viva. Además, instó al Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) a abrir una oficina para víctimas de abusos sexuales en centros de protección, que evalúe su credibilidad y fomente una reparación adecuada.