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Capturan a siete ladrones en Palma que se hacían pasar por repartidores y técnicos para robar en viviendas.

Capturan a siete ladrones en Palma que se hacían pasar por repartidores y técnicos para robar en viviendas.

PALMA, 8 de septiembre. La Policía Nacional ha logrado desmantelar una organización delictiva compuesta por al menos siete individuos, supuestamente dedicada a la entrada ilegal en hogares de Palma mediante el uso del método conocido como 'impresioning', utilizando llaves falsas y además haciéndose pasar por repartidores o técnicos de mantenimiento.

La unidad de Robos de la Policía Nacional inició su investigación a principios de abril tras recibir varias denuncias sobre robos realizados en domicilios de la ciudad, empleando técnicas muy específicas para abrir las puertas.

De acuerdo con un comunicado oficial, las autoridades constataron que el grupo seleccionaba a conciencia las viviendas que iban a asaltar, así como los perfiles de los residentes, lo que demostró su "alta especialización" en el delito. Los criminales lograban abrir las puertas sin causar daños, utilizando técnicas que les permitían eludir la seguridad sin dejar rastro.

La técnica del 'impresioning' es notablemente sofisticada, ya que permite acceder a hogares cerrados con doble vuelta de llave sin necesidad de forzar las cerraduras, empleando llaves maestras diseñadas para tal fin.

Estos robos se realizaban principalmente durante el día, aprovechando que los residentes estaban fuera. Antes de entrar a las casas, los delincuentes se aseguraban de que no hubiera nadie y tocaban el timbre como parte de su estrategia para evitar ser sorprendidos.

Una vez dentro, sustraían efectivo, joyas y objetos de gran valor, incluyendo accesorios como bolsos y perfumes. Curiosamente, ninguna de las víctimas reportó la pérdida de dispositivos electrónicos, ya que estos suelen ser fáciles de rastrear por las autoridades.

A medida que la investigación avanzaba, el equipo policial fue recolectando información que les permitió entender el modus operandi del grupo, que aunque no siempre actuaba en conjunto, se beneficiaba de manera colectiva de los robos realizados.

Los agentes también evidenciaron que cada miembro del grupo tenía roles específicos; algunos se encargaban de identificar y elegir las casas a asaltar, mientras que otros vigilaban el entorno para minimizar riesgos durante la ejecución de los delitos.

Equipados con herramientas para ejecutar aperturas precisas, los delincuentes actuaban rápidamente, consumando los robos en un lapso de tiempo que no sobrepasaba los 30 o 40 minutos.

Es importante resaltar que la perícia del grupo criminal hizo que muchos robos no se denunciaron hasta días después, dado que no dejaban daños visibles en las puertas, dificultando así la identificación del delito.

Durante el desarrollo de su actividad, los asaltantes utilizaban vestimenta que les permitía disfrazarse como trabajadores, tales como chalecos reflectantes y mochilas de empresas de reparto, con el fin de no levantar sospechas ante los habitantes de los bloques de viviendas.

Hacia finales de agosto, después de recopilar la información necesaria y lograr identificar a todos los integrantes de la banda, las fuerzas de seguridad establecieron un operativo de vigilancia intensificada.

Durante esta operación, los agentes identificaron a uno de los sospechosos en un vehículo y, siguiendo una táctica discreta, lo observaron hasta que estacionó en una calle cercana al parque de Sa Riera.

La vigilancia reveló que varios otros coches utilizados por el grupo estaban estacionados en la zona, mientras que algunos integrantes se mantuvieron al tanto de los movimientos de la comunidad desde puntos estratégicos.

Los policías escucharon conversaciones por teléfono entre los miembros del grupo, quienes se coordinaban para asegurar su seguridad mientras llevaban a cabo sus robos. Aproximadamente 40 minutos después, notaron que el sospechoso emergía de un portal, acompañado de otro individuo.

Los dos, junto a un tercer cómplice que estaba vigilante en la calle, se apresuraron a regresar al vehículo que habían estacionado, pero fueron detenidos en el acto, acusados de robos y de pertenencia a una organización criminal.

Uno de los agentes observó que el conductor, antes de su arresto, había desechado una mochila negra utilizada para facilitar los robos, la cual fue recuperada en el lugar.

En total, las autoridades lograron recuperar alrededor de 9,600 euros en efectivo, además de un valioso botín de joyas, relojes, perfumes y otros objetos personales de alto valor.

Asimismo, se realizaron varios registros en las viviendas de los sospechosos y en los vehículos que utilizaban, donde se hallaron múltiples juegos de llaves y herramientas para la manipulación de cerraduras, así como otros implementos que evidencian su modus operandi.

Además de los bienes robados, se hallaron prendas y mochilas vinculadas a las empresas que simulaban representar, y se descubrió que uno de los sospechosos estaba involucrado en estafas en la península, mediante transferencias bancarias a sus cuentas.

Finalmente, la policía detuvo a siete personas, seis de ellas de origen colombiano y una de nacionalidad española, como presuntos responsables de estos delitos. A cuatro de los detenidos se les ha dictado prisión provisional. Hasta el momento, se han esclarecido diez robos en la ciudad, aunque las investigaciones siguen, lo que podría llevar a más arrestos en el futuro.