IBIZA, 16 de julio. En un operativo reciente, la Policía Nacional ha detenido a seis hombres en Ibiza, involucrados en actividades ilegales relacionadas con la inmigración. De estos, cuatro son de nacionalidad argelina y dos de nacionalidad sudanesa. Se les acusa de delitos que infringen los derechos de los ciudadanos extranjeros, además de facilitar la inmigración de forma ilegal. Entre los migrantes rescatados, hubo un caso alarmante: un bebé de tan solo 20 días de vida.

Según el comunicado oficial emitido por las autoridades, el caso se inició con una investigación llevada a cabo por la Brigada Local de Extranjería y Fronteras de la comisaría de Ibiza. Todo comenzó el pasado 3 de junio, cuando una primera embarcación arribó a las costas ibicencas con un grupo inicial de 11 migrantes a bordo.

La situación se complicó cuando, el 6 de julio, se detectó una segunda patera que transportaba a 20 migrantes, incluyendo al mencionado bebé. Esta serie de llegadas culminó con una tercera embarcación, que arribó a Formentera con otros 11 migrantes.

Las investigaciones posteriores, que incluyeron declaraciones de los sobrevivientes y un análisis de grabaciones de video, permitieron a las autoridades identificar a los responsables de las travesías.

La Guardia Civil de Formentera fue la encargada de encontrar la última embarcación, logrando localizar a los tres patrones que habían abandonado la nave inmediatamente al llegar a la costa, intentando ocultarse al cambiarse de ropa, aunque sin éxito en su intento de eludir a las autoridades.

Los peligros durante el viaje fueron evidentes: las condiciones meteorológicas adversas pusieron en riesgo la seguridad de los migrantes. Algunos de ellos sufrieron quemaduras debido a un derrame de combustible que ocurrió en la embarcación, lo que requirió la intervención de los servicios médicos para su atención.

Tanto el bebé como su madre fueron trasladados a un hospital en ambulancia para recibir atención médica inmediata.

Las embarcaciones utilizadas por los migrantes no cumplían con las normativas de seguridad internacionales. Muchas de ellas sufrieron fallos técnicos, dejándolas a la deriva durante horas sin suministros básicos como comida y agua.

Los patrones identificados han sido llevados ante el Juzgado de Instrucción de Guardia de Ibiza para enfrentar las consecuencias de sus actos.