Madrid celebró este domingo un emotivo tributo a la leyenda del tenis, Rafa Nadal, en la pista Philippe Chatrier de Roland Garros, donde su espíritu competitivo ha dejado una huella imborrable con 14 títulos. Este reconocimiento se realizó en un ambiente cargado de nostalgia, con la presencia de grandes figuras del tenis como Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray, quienes acompañaron a Nadal en un evento que difícilmente será olvidado.

El homenaje, parte del arranque del segundo Grand Slam del año, se convirtió en un viaje emocional para Nadal, quien no pudo contener las lágrimas ante unas 15,000 personas que abarrotaban las gradas, incluyendo a sus seres queridos y amigos. Llevaba puesta una camiseta de tierra batida que decía 'Gracias, Rafa', un mensaje que resonó en el aire mientras su carrera era celebrada.

Desde el instante en que Nadal pisó la pista, la ovación del público fue interminable. Tras un vídeo que recopiló algunos de los hitos más significativos de su trayectoria, el icónico jugador tomó el micrófono, visiblemente emocionado, mientras el eco de su nombre retumbaba en el recinto, marcando un adiós cargado de historia y significado.

“No sé por dónde empezar. Agradezco a todo el equipo de Roland Garros por permitirme despedirme en este lugar tan especial”, relató el manacorí, quien recordó su regreso en 2005, tras un año de ausencia, cuando con apenas 18 años se alzó como campeón, dando inicio a una apasionante aventura en el mundo del tenis.

“He vivido de todo en estos 20 años, he competido con rivales excepcionales que me han llevado al límite, como Roger, Andy, Novak y otros tantos. Roland Garros es único, no solo por su historia en el tenis, sino porque aquí hay una dedicación y trabajo incansables para que este torneo sea lo que es”, indicó con cariño Nadal.

El tenista también se tomó un momento para rendir homenaje a quienes lo apoyaron a lo largo de su carrera. Desde amigos y patrocinadores hasta su familia, que incluía a sus dos abuelas, las cuales, emocionadas, recibieron calurosos aplausos de la multitud. Su tío Toni recibió una mención especial, a quien consideró fundamental en su carrera: “Eres la razón por la cual estoy aquí. Gracias por haberte dedicado tanto a mí”, expresó.

Con sinceridad, Nadal habló de los desafíos que ha enfrentado y de la satisfacción que ha encontrado en su trayectoria. Se mostró agradecido por el apoyo incondicional de su esposa, Mery, cuya mención le hizo perder el hilo de su discurso, pero con una sonrisa afirmó: “Mery, eres mi mejor compañera de vida”.

Al mirar hacia atrás, el hombre con 22 títulos de Grand Slam reflexionó sobre su vida junto a su pareja y los momentos difíciles que han vivido, rescatando la energía y la alegría que su hijo le aporta. Cada palabra fue una muestra de su gratitud hacia sus padres y su hermana, a quienes no dejó de mencionar.

Dirigiéndose al público en francés, el extenista compartió su agradecimiento a Francia por hacerle sentir como uno más, recordando con cariño el momento en que recibió la antorcha olímpica de Zinedine Zidane en el verano anterior. El tributo concluyó con la presencia de los organizadores del torneo, quienes vinieron a expresar su cariño y admiración hacia Nadal.

El homenaje alcanzó su clímax con la aparición del ‘Big Four’ al completo: Federer, Djokovic y Murray, grandes amigos y rivales de Nadal en lo que ha sido una época dorada para el tenis. “Después de tantos años, uno cambia de perspectiva. Nole, aún no lo sabes, pero la presión es diferente al final. Ahora podemos celebrar lo conseguido, mostrando al mundo que, a pesar de la rivalidad, podemos ser amigos”, subrayó el ícono del tenis.

Para concluir, Amélie Mauresmo, directora del torneo, y Gilles Moretton, presidente de la Federación Francesa de Tenis, hicieron entrega del trofeo de "leyenda" a Nadal, quien, tras recibir el reconocimiento entre lágrimas y aplausos, se acercó a su hijo en la grada para despedirse del público. Un emotivo cierre que marca tanto un final como un nuevo comienzo para el futuro del tenis.