Inicia el juicio por el doble asesinato en Sa Pobla: "Las muertes marcan el desenlace de una historia de abuso y opresión".
PALMA, 17 de enero.
En un momento de reflexión sobre la violencia de género y sus devastadoras consecuencias, la Audiencia Provincial de Baleares ha iniciado hoy el juicio contra un hombre acusado de asesinar a su esposa embarazada y a su hijo en Sa Pobla, Mallorca, en un hecho que tuvo lugar en mayo de 2021. Durante la sesión, el abogado de la acusación ha descrito el caso como "el desenlace de una prolongada historia de maltrato y sometimiento".
La vista legal comenzó a las 09:30 horas con la constitución del jurado, compuesto por ocho mujeres y tres hombres, que luego asistieron a la lectura de los escritos y las alegaciones de las partes, en un proceso que se reanudó pasadas las 12:30 horas.
En un momento crítico del juicio, el fiscal superior, Julio Cano, subrayó la gravedad de los hechos y la relevancia de la condena solicitada. "Es la primera vez que la Fiscalía de Baleares demanda prisión permanente revisable desde la introducción de esta figura legal en el país en 2015", señaló, añadiendo que "los hechos son de tal magnitud que resulta difícil expresar con palabras su horror".
Pablo Juanico, el abogado de la acusación particular, detalló que a lo largo del juicio se demostrará que las muertes de la madre y el hijo no fueron incidentales, sino que derivaron de un ciclo prolongado de maltrato que abarcó no solo la violencia física, a menudo identificada como la más evidente, sino también abusos psicológicos y verbales que dejaron huellas profundas.
El representante de la acusación apuntó que, aunque el acusado reconoció haber cometido los crímenes, su defensa intentará matizar el relato, argumentando que su estado de intoxication por alcohol y drogas afectó su percepción de la realidad. "Los hechos concretos son más poderosos que las interpretaciones que se puedan inventar", insistió Juanico.
El abogado también reflexionó sobre el sufrimiento del hijo de siete años, quien fue testigo del horror: "Nunca podremos imaginar lo que debió sentir el niño al ver cómo su padre asesinaba a su madre y luego se giraba hacia él", señaló, cerrando su intervención con una profunda reflexión sobre la pérdida y el trauma.
La defensa, sin embargo, solicitó que los eventos sean clasificados como homicidio en lugar de asesinato, argumentando que el estado mental del acusado estaba severamente comprometido por su consumo de sustancias. Afirmaron que su confesión y disposición para colaborar con la investigación deben ser considerados en la evaluación del caso.
Las acusaciones dirigidas hacia el procesado son severas, enfrentándose a dos cargos de asesinato y uno de aborto. Se están pidiendo 25 años de prisión por la muerte de su pareja y el bebé no nacido, y prisión permanente revisable por la muerte del menor.
Según los documentos legales presentados por el Ministerio Público, el trágico desenlace ocurrió durante una acalorada discusión con su mujer, quien estaba aproximadamente en la vigésima semana de gestación. Durante este altercado, el acusado presuntamente propinó un fuerte golpe en la cabeza con un cincel y luego estranguló a su esposa, resultando en la muerte de ella y del bebé que llevaba en su vientre.
Este horrible suceso, de acuerdo con la acusación, se desarrolló ante los ojos del hijo de la pareja, de siete años, quien también fue víctima del acusado, quien supuestamente le quitó la vida de manera similar.
El Ministerio Público también ha solicitado que el hombre compense económicamente a los padres de la víctima con la suma de 174.600 euros y a sus hermanos con 79.800 euros, como parte de los esfuerzos para reparar el daño causado por estos inaceptables hechos de violencia familiar.
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