
PALMA, 29 de abril. La mañana del lunes 28 de abril, a las 12:33 horas, España vivió un acontecimiento sin precedentes en su historia energética. Durante un breve lapso de cinco segundos, la red eléctrica peninsular experimentó una drástica caída de 15 gigavatios, lo que representa alrededor del 60% de su demanda en ese momento. Este colapso resultó en un apagón que afectó a gran parte del país durante varias horas y tuvo repercusiones negativas en las telecomunicaciones.
El restablecimiento del servicio eléctrico fue un proceso gradual, llevando horas para que se recuperara por completo. Según declaraciones de Red Eléctrica, la normalidad volvió a las 11:15 horas del martes 29 de abril, tras un esfuerzo conjunto por reactivar el sistema.
A pesar de la magnitud del apagón, Baleares sorteó esta situación crítica sin experimentar cortes ni bajadas de tensión. La razón detrás de esta suerte reside en que el archipiélago cuenta con un sistema energético independiente, a pesar de estar conectado a la península mediante un cable.
Durante los momentos de crisis, el archipiélago pudo mantener su suministro eléctrico gracias a la activación de protocolos de seguridad que permitieron que otras fuentes de energía asumieran la demanda, sustituyendo la energía que llegaba de la península. Diego Viu, director general de Economía Circular, Transición Energética y Cambio Climático, destacó que Baleares experimentó una situación de total normalidad mientras que el resto de España enfrentaba la oscuridad.
Ante la posibilidad de que eventos similares puedan repetirse, Viu manifestó que no existe una certeza absoluta de que no vuelvan a ocurrir, aunque enfatizó que la calidad de los sistemas energéticos tanto en la península como en Baleares es "envidiable". Sin embargo, el archipiélago todavía no cuenta con suficiente capacidad de energía renovable para depender exclusivamente de ella, a pesar de que existen planes y compromisos gubernamentales en marcha para avanzar en esta dirección. En la actualidad, las fuentes renovables no son capaces de cubrir toda la demanda energética.
Ferran Rosa, exdirector del Instituto Balear de la Energía y actual diputado de MÉS per Mallorca, ha cuestionado las voces que atribuyen el éxito del archipiélago en evitar el apagón al funcionamiento de la central de es Murterar. Según Rosa, esta planta tiene un uso residual, operando menos de 500 horas al año, y hizo un llamado a aprovechar la crisis energética en la península como una oportunidad para acelarar la transición hacia un modelo energético más diversificado. “La solución no es producir energía a gran escala sin límites”, argumentó.
Desde su perspectiva, Baleares posee una capacidad instalada adecuada y mantiene un sistema fiable, aunque dependa de su conexión con la península. En cuanto a la transición energética, el gobierno autonómico sigue avanzando según lo planeado, incluyendo el cierre de las centrales de carbón en su hoja de ruta.
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