En un caso que pone en evidencia la radicalización de reclusos en cárceles españolas, la Audiencia Nacional ha condenado a siete años y medio de cárcel a Karim Abdeselam Mohamed, por captación y adoctrinamiento terrorista. Este preso, conocido como 'Marquitos', dibujó la bandera de Daesh en el patio de la cárcel de Palma en 2017, junto a otro recluso, Mohamed El Gharbi, conformando un frente yihadista que buscaba unir a presos por delitos relacionados con el terrorismo islamista.
La sentencia exculpó a otro preso investigado, Abdelah Abdeselam, y absuelve a los tres del delito de colaboración con organización terrorista.
Karim Abdeselam Mohamed, de nacionalidad española, ingresó en prisión en 2013 y fue condenado en 2016 a 12 años de cárcel por crear una organización para enviar combatientes a Siria a las filas de la rama iraquí de Al Qaeda y Jhabat Al Nusrah. Durante su estancia en distintos centros penitenciarios en España coincidió con El Gharbi, y mantuvieron contacto por carta con el objetivo de cohesionar a los internos yihadistas a través de textos religiosos, cánticos, banderas y emblemas.
El Gharbi instruyó a 'Marquitos' para organizar un "programa de patio" destinado a los presos islamistas en el que se memorizaba el Corán, se realizaban actividades deportivas, se rezaba y se repetían cánticos religiosos. En dos ocasiones en 2017, Karim Abdeselam dibujó la bandera de Daesh en las paredes del patio de la cárcel de Palma, con el lema del Estado Islámico 'permanecer', como una advertencia a quienes pensaran en abandonar la militancia terrorista.
Además, 'Marquitos' promovió huelgas de hambre y envió cartas a otros presos equiparando ser musulmán con ser terrorista, infundiendo un sentimiento de victimismo y promoviendo la lucha contra todo lo occidental. En un registro de su celda se encontraron diversas cartas de esta índole, así como una disertación sobre terrorismo.
La sentencia destaca que, en vez de buscar la desradicalización, los acusados optaron por llevar a cabo una actividad proselitista de captación y adoctrinamiento de otros internos en las prisiones en las que estaban ingresados. El tribunal señala la intensa relación entre los acusados y su identificación con el ideario radical del Daesh, sin mostrar arrepentimiento ni alejamiento de sus acciones.
Este caso, el tercero relacionado con estos hechos, ha pasado por dos juicios diferentes debido a la anulación de una absolución previa, lo que pone de manifiesto la preocupación por la radicalización en el sistema penitenciario español.
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