Nueva evidencia revela que la viuda de Javier Cabotá y un colaborador niegan cualquier implicación en el desvío de fondos en negocios de Cancún
En la Audiencia Provincial de Baleares, la viuda del empresario Javier Cabotá y un colaborador han negado su participación en un presunto desvío de 1,6 millones de euros de un grupo de empresas de Llucmajor relacionadas con negocios inmobiliarios en Cancún (México).
El empresario, fallecido recientemente, también estaba acusado en este caso que se remonta a 2013, cuando varias sociedades presentaron una querella. La Fiscalía solicitaba seis años de prisión para él por delito societario y apropiación indebida, vinculados a actividades desde 2006 hasta 2012.
Las empresas afectadas son cuatro entidades dedicadas al desarrollo de proyectos urbanísticos en Cancún, con importantes inversores del ámbito financiero y turístico. Su función era principalmente la tenencia de capital social de las filiales en México.
La acusación señalaba que Cabotá habría realizado transferencias de fondos desde estas empresas a otras entidades del Grupo Cabotá, sin justificación alguna o mediante facturaciones duplicadas.
En la actualidad, la viuda de Cabotá, quien era apoderada de varias de las entidades, y un colaborador que actuaba como administrador único, se encuentran en el banquillo. La Fiscalía solicita cinco años de prisión para la viuda y cinco años y medio para el colaborador.
No obstante, durante el juicio ambos se han desvinculado de las acciones fraudulentas, afirmando que simplemente seguían las instrucciones de Cabotá. Han insistido en que solo firmaban lo que se les ordenaba y que no tenían responsabilidades de gestión empresarial.
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