El presidente del Consell, Llorenç Galmés, ha generado controversia al anunciar que cada metro de carretera del Segundo Cinturón de Palma tendrá un coste de 100.000 euros, según informó MÉS per Mallorca.

La formación política ha criticado la "obsesión millonaria" de Galmés por ampliar la red viaria y ha señalado que las obras del Segundo Cinturón condicionarán el presupuesto insular hasta 2028.

Jaume Alzamora, portavoz de MÉS per Mallorca en el Consell, ha calificado la magnitud de las obras como "farónicas" y ha comparado el elevado coste del Segundo Cinturón con otras actuaciones menos costosas presentadas por el mismo equipo, como la variante de Artà.

Alzamora ha expresado su preocupación por el impacto económico de las obras y ha advertido que el soterramiento de una parte del primer tramo del Segundo Cinturón podría convertirse en un proyecto extremadamente costoso, recordando el caso del túnel de Sóller.

El portavoz ha acusado al presidente del Consell de ocultar un modelo de movilidad obsoleto bajo la apariencia de una apuesta por la sostenibilidad, asegurando que en realidad se trata de una "estafa" que solo contribuirá a aumentar la saturación de vehículos en las carreteras.

En contraposición al plan del pacto PP-Vox, que MÉS per Mallorca considera que fomenta la contaminación y el uso del vehículo privado, Alzamora ha defendido una propuesta para que el Consell pueda desarrollar un sistema de transporte público integrado que incluya la red de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM).