En una declaración emotiva, las monjas jerónimas celebraron con alegría la sentencia de la Audiencia Provincial de Baleares que reconoce su propiedad sobre el Monasterio de Santa Isabel en Palma. En medio de la disputa legal con el Obispado de Mallorca, la abogada Pilar Rosell reveló que había empresas hoteleras interesadas en adquirir el inmueble, lo que podría haber cambiado el destino del centenario edificio.
La defensora de las religiosas destacó que, en caso de apelar ante el Tribunal Supremo, las posibilidades de éxito son escasas. Sin embargo, Roselló planteó diversas opciones para el futuro del monasterio, entre las que se encuentran la restauración del culto, la creación de un espacio museístico en la zona antigua y la utilización de otras áreas para fines sociales o educativos.
En palabras de la priora del monasterio, Ángeles Sanz, los monasterios representan valores de reconciliación, amor y paz, transmitidos por aquellos que han habitado en su interior. Por ello, Sanz abogó por evitar la conversión del monasterio en un hotel, apostando por su uso en beneficio de la sociedad para crear un espacio de valor social y espiritual.
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