PALMA, 21 Sep.
La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha publicado hoy el informe Evolución Económica correspondiente al segundo trimestre de 2023, que revela un crecimiento del 3,9% en la economía balear de abril a junio.
Esta tasa, aunque es 2,5 puntos porcentuales inferior al crecimiento experimentado en el trimestre anterior (6,4%), permite reducir el impacto económico de la pandemia y acercarse a los niveles de actividad de 2019 (-2,4% frente a -3,2% del primer trimestre).
De acuerdo con el comunicado de CAEB, Baleares vuelve a entrar en una fase de desaceleración, que ya experimentó durante todo el año 2022, poniendo fin al breve repunte en los primeros tres meses de este año.
"El buen comienzo de la temporada turística nos ha permitido mantenernos mejor que el resto de nuestro entorno competitivo", señaló la presidenta de CAEB, Carmen Planas.
La economía balear se ha sumado a la tendencia a la baja que han mostrado las principales economías europeas, tanto en el conjunto de la economía española (1,8% frente a -4,2% en el primer trimestre) como en la Unión Europea (0,4% frente a 1,1% en el primer trimestre).
En Europa, esta desaceleración se ha manifestado en las principales economías como Italia (0,4% frente a 2,0%,en el primer trimestre) o Bélgica (0,9% frente a 1,3%, en el primer trimestre), e incluso algunas han entrado en terreno negativo, como Alemania (-0,1% frente a -0,3% en el primer trimestre), Países Bajos (-0,1% frente a 2,1% en el primer trimestre) o Polonia (-1,4% frente a 0,6% en el primer trimestre).
En términos territoriales, todas las islas de Baleares volvieron a la senda de desaceleración de abril a junio. Sin embargo, Ibiza y Formentera registraron un crecimiento más favorable, impulsando su economía en un 4,3% (frente a 7,1% en el primer trimestre), superando a Mallorca (3,9% frente a 6,3% en el primer trimestre) y Menorca (3,2% frente a 5,8% en el primer trimestre). Menorca y Mallorca son las islas que están más cerca de alcanzar los niveles de actividad previos a la pandemia (-2,2%).
Desde el punto de vista de la oferta, la economía balear ha moderado el crecimiento en todos los sectores de actividad durante el segundo trimestre, afectados por un contexto internacional en el que los riesgos siguen a la baja.
En este sentido, el sector servicios se posiciona nuevamente como el principal motor de la economía, registrando un avance del 4,2% (frente a 6,8% en el cuarto trimestre), aprovechando el buen momento del turismo durante el periodo de Semana Santa y el comienzo de la temporada de verano, donde se alcanzaron nuevos máximos históricos en la mayoría de los indicadores económicos.
Por otro lado, el sector de la construcción se mantiene como el único sector económico de Baleares con una actividad superior a los niveles previos a la pandemia, con un crecimiento del 3,3% (frente a 5,8% en el primer trimestre).
En cambio, la industria es el sector donde se ha visto más afectada la senda de crecimiento, con una moderación del 1,0% (frente a 1,9% en el primer trimestre), impactada negativamente por las condiciones globales y, especialmente, por el repentino deterioro de la demanda externa.
A pesar de la moderación de la actividad, el empleo ha mantenido el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo entre abril y junio (5,3% frente a 5,4% en el primer trimestre) y ha demostrado un mayor impulso que a nivel nacional (2,7% frente a 2,6% en el primer trimestre).
De hecho, los 623.732 trabajadores afiliados a la Seguridad Social a finales de junio representan un nuevo máximo histórico para esta época del año (608.132 en junio de 2022) y sitúan la tasa de desempleo del segundo trimestre de 2023 en un 4,7% (frente a 6,9% en el primer trimestre).
Sin embargo, según CAEB, ni la solidez del mercado laboral ni el buen comienzo de la temporada turística han sido suficientes para evitar que el consumo privado mantenga la tendencia a la moderación (2,6% frente a 4,7% en el primer trimestre), afectado tanto por la pérdida de poder adquisitivo acumulada en los últimos años como por las expectativas de una desaceleración de la actividad económica debido al endurecimiento de la política monetaria.
Desde el punto de vista de la demanda, la patronal señala que la pérdida de impulso en la inversión (1,1% frente a 3,2% en el primer trimestre) ha sido lo más preocupante, debido al endurecimiento continuo de las condiciones de acceso a la financiación y al deterioro de las expectativas empresariales.
A esto se suman las primeras señales de debilidad de la demanda externa, resultado de la desaceleración del crecimiento de los principales socios comerciales y de la moderación en el avance del sector turístico después de haber recuperado los niveles de actividad previos a la pandemia.
El informe de CAEB destaca que Baleares afronta la segunda mitad de 2023 en un contexto global que dificulta el mantenimiento del crecimiento, por lo que es probable que la economía balear continúe desacelerándose.
A pesar de ello, esta senda de crecimiento sigue siendo superior a la de su entorno competitivo gracias a la fortaleza del empleo y al respaldo del sector turístico, que está experimentando volúmenes de actividad récord durante la temporada alta.
En los próximos meses, la economía balear deberá lidiar con una inflación que se mantendrá por encima del objetivo del Banco Central Europeo (2%) y que seguirá reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores.
De hecho, el IPC ha aumentado significativamente en los meses de julio (3%) y agosto (3,1%), al igual que a nivel nacional (2,3% y 2,6%, respectivamente) y europeo (6,1% y 5,9%, respectivamente). La alta inflación sigue presente casi dos años después de su inicio.
Ante este panorama, tanto el Banco Central Europeo como la Reserva Federal han mantenido su postura de preservar la estabilidad de precios mediante un aumento de las tasas de interés, aunque han moderado su discurso indicando que se ha llegado a un punto de inflexión en términos de política monetaria.
Aun así, las medidas adoptadas hasta ahora continuarán endureciendo las condiciones de acceso a la financiación y, en consecuencia, frenando la demanda en diferentes economías a nivel mundial.
Las nuevas previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional, publicadas en julio, confirman la tendencia a la moderación del ritmo de crecimiento de la economía mundial en 2023 (3,0% frente a 3,5% en 2022), especialmente en la zona euro (0,9% frente a 3,5% en 2022), donde se destaca el mayor dinamismo previsto para España (2,5% frente a 5,5% en 2022).