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Expertas en acompañamiento a víctimas de violencia de género: "Nuestro objetivo es que retomen su vida".

Expertas en acompañamiento a víctimas de violencia de género:

En la ciudad de Palma, un significativo encuentro tuvo lugar el 24 de noviembre, donde un grupo de expertas en la atención y asistencia a mujeres víctimas de violencia machista en Baleares subrayaron la necesidad urgente de establecer estructuras de apoyo adecuadas. Estas iniciativas son esenciales para garantizar que las mujeres reciban la atención necesaria durante todo el proceso que atraviesan —desde la interacción con la policía, pasando por los procedimientos judiciales, hasta el respaldo social— hasta que logren recobrar la normalidad en sus vidas.

La abogada del Servicio de Atención Jurídica del Consell de Mallorca, Lola Puertas, quien fue una de las ponentes en esta conferencia celebrada en el CaixaForum de Palma, sintetizó de manera contundente el objetivo de estas profesionales: “Que vuelvan a vivir y salir de la situación en la que se encuentran, esa es nuestra lucha”. Este encuentro, que reunió a cinco "mujeres que cuidan mujeres", se organizó con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se conmemora cada año el 25 de noviembre.

Durante la conferencia, estas expertas —que incluían a una inspectora de la Policía Nacional, una ginecóloga y coordinadoras de servicios de acogida— discutieron sobre la vital importancia de interponer denuncias, los riesgos de revictimización que enfrentan las mujeres y la necesidad ineludible de contar con más recursos para atender la diversidad de perfiles de víctimas.

Las cifras son alarmantes: según el Informe Anual sobre Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en 2023 se identificaron a 7,581 mujeres como víctimas de violencia machista en Baleares, lo que equivale a un promedio de 20 víctimas por día. Esta tasa coloca a las Islas Baleares en el triste liderazgo de España, con 124,8 víctimas por cada 10,000 mujeres.

En este contexto, la inspectora jefa de la Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer (UFAM), Francina Veny, destacó la crucial labor que desempeñan los agentes de la policía en el momento inicial de atención a las víctimas. Muchas veces, son ellos quienes llegan primero al lugar de una agresión y, desde ese instante, comienza un proceso que puede extenderse a lo largo de todo el procedimiento, independientemente de que se interponga o no una denuncia.

Para aquellos casos en los que no se presenta una denuncia, Veny mencionó la implementación del 'protocolo cero'. La inspectora enfatizó que resulta fundamental que la patrulla que acude al lugar de los hechos recoja la mayor cantidad de información posible: desde testimonios de la víctima, que generalmente pueden no repetirse, hasta datos sobre testigos, la presencia de niños y posibles episodios de celos que hayan podido ocurrir.

Con la información recabada, el objetivo es llevar a cabo una valoración de riesgo que permita proporcionar a las víctimas la protección necesaria. “No podemos esperar que todas las mujeres reconozcan que son víctimas y deseen denunciar a sus agresores, aunque sería ideal. Sin embargo, con esos datos, al menos un juez podría imponer de oficio una orden de alejamiento”, remarcó Veny, quien supervisa los tres grupos operativos de la UFAM en Baleares.

El primer grupo está dedicado a brindar atención inicial, ofreciendo a las víctimas la oportunidad de presentar denuncias y explicándoles cada paso a seguir en el procedimiento. La inspectora subrayó la importancia de que las mujeres se abran y se den cuenta de su situación. “Es vital que se sientan empoderadas para luchar por su propia protección, ya que deben ser una parte activa en este proceso”, indicó.

El segundo grupo toma la delantera en la investigación policial cuando ya existe una denuncia, mientras que el tercero se centra en ofrecer protección a las mujeres. Los agentes en este último grupo actúan como guías y puntos de apoyo para aquellas bajo medidas de protección.

Lola Puertas destacó que para muchas mujeres que llegan al sistema judicial, enfrentar lo que les espera no es una tarea sencilla. “Les brindamos el apoyo necesario para que comprendan el procedimiento judicial, para que no sea un impacto abrumador para ellas el encontrarse frente a un juez”, explicó la abogada, quien atiende a mujeres en la Part Forana.

La abogada señala que en los juicios rápidos el impacto suele ser menor. “Sin embargo, en los casos de diligencias previas, el proceso puede extenderse durante años, lo que revictimiza continuamente a las mujeres al forzarlas a revivir su experiencia de violencia una y otra vez”, advirtió Puertas.

La abogada también reflexionó acerca de la respuesta de la administración de justicia ante estas situaciones. “Aunque se han implementado medidas como la creación de salas amables y ayudas para el cuidado de menores en sedes judiciales, aún queda un largo camino por recorrer. La situación es extremadamente compleja debido a la falta de recursos, y los profesionales nos esforzamos por minimizar estas consecuencias”, expresó.

Puertas subrayó que la alarmante tasa de violencia machista en Baleares puede estar vinculada a una carencia de educación y concienciación. “No se están realizando esfuerzos desde las bases para erradicar conductas codiciosas y avanzar hacia la igualdad, para que no haya abusos de poder dirigidos contra las mujeres por el simple hecho de ser mujeres”, lamentó.

En cualquier etapa del proceso, las víctimas requieren un espacio seguro para vivir, y aquí entran en juego espacios como el Casal Ariadna y la red de viviendas del programa Aurora. El Casal Ariadna ofrece un servicio temporal de acogida a mujeres víctimas de violencia de pareja y a sus hijos, brindándoles un lugar donde evolucionar hacia su nueva realidad.

La psicóloga y coordinadora del Casal Ariadna, Maria Mut, hizo hincapié en la importancia de proporcionar acompañamiento a las mujeres. “Buscamos llevarlas de la mano, ayudarles a dejar atrás su oscuridad. Y si no quieren dar ese paso, al menos debemos estar allí para atenderlas cuando lo necesiten”, explicó.

Por su parte, el trabajo que la educadora social María Domínguez dirige bajo el programa Aurora tiene como objetivo ser un “puente entre una primera acogida y la consecución de una vida autónoma”. En los pisos que gestionan, distribuidos en varios municipios de Mallorca, se acoge a hasta 40 mujeres de entre 26 y 45 años. Dentro de este grupo se encuentran no solo mujeres que han sufrido violencia machista, sino también víctimas de trata, prostitución y lgtbifobia.

A pesar de su trabajo, Domínguez lamentó la escasez de recursos para poder ofrecer atención individualizada a todas las supervivientes. “Algunas mujeres enfrentan problemas adicionales como adicciones o enfermedades mentales; en esos casos, es crucial que se preste atención y que haya mayor cobertura para todas ellas”, reclamó.

La conferencia también contó con la participación de la ginecóloga del Hospital de Son Espases, Elena Jiménez, quien es experta en la atención de la violencia sexual. Ella alertó sobre la creciente gravedad de esta problemática, haciendo hincapié en la necesidad de mayor educación sexual en todos los niveles, desde la infancia hasta la adultez, para erradicar la violencia sexual.

“No hay otra opción. Existe un preocupante fenómeno donde niños de tan solo diez años acceden a contenido pornográfico, mientras aún creen en la existencia de Papá Noel. Nos encontramos en una sociedad que cosifica a la mujer de manera alarmante”, advirtió Jiménez, quien durante la pandemia implementó un circuito de atención para víctimas de violencia sexual para evitar su revictimización.

En su consulta, la ginecóloga recibe a mujeres en situaciones de vulnerabilidad extrema, incluyendo aquellas que se encuentran bajo tutela, en prisión o que son ancianas, así como a niñas y adolescentes. “Son pocos los casos que se quedan fuera de mi mente”, confesó Jiménez.

No obstante, se mostró esperanzada al observar el surgimiento de “nuevas generaciones de mujeres empoderadas y luchadoras”. “El aumento en las denuncias se debe a que las prácticas sexuales que antes eran toleradas ahora son vistas con mayor claridad. Las mujeres están comenzando a desmarcarse y a presentar sus voces”, concluyó con optimismo Jiménez.