El precio de la vivienda ha registrado un aumento del 7,1% en el último año en Baleares y Canarias, según el índice Tinsa IMIE General y Grandes Mercados de agosto, que se dio a conocer este miércoles.
En comparación con el mes anterior, la vivienda en estas islas ha experimentado un aumento del 0,3%, y desde enero ha subido un 4,8%.
Es importante destacar que los archipiélagos son la zona más cercana a los precios máximos alcanzados en 2007-2008, estando unicamente un 6,1% por debajo de ellos, mientras que se encuentran un 38,3% por encima de los mínimos posteriores a la crisis.
En todo el país, el mercado residencial ha mantenido los precios estables en el último mes, a medida que el número de transacciones de vivienda tiende a moderarse. En agosto, las estadísticas de Tinsa registraron una disminución del 0,1% en comparación con julio. La variación interanual de la vivienda nueva y usada se elevó al 5,3% al compararse con el mes de agosto de 2022, cuando el valor medio experimentó un descenso puntual estacional que se recuperó en el mes siguiente.
La directora del Servicio de Estudios de Tinsa, Cristina Arias, afirmó que "la evolución del precio de la vivienda continúa en un contexto de desaceleración y tendencia a la estabilización". Asimismo, señaló que esto se debe a que el sector residencial sigue canalizando ahorros. A pesar de una disminución del 13% en las compraventas de vivienda en la primera mitad del año en comparación con el año anterior, estas aún se mantienen un 13% por encima de los niveles de 2019, antes de la pandemia.
El ajuste es más pronunciado en el ámbito hipotecario, con una variación interanual del -25% en la constitución de nuevas hipotecas en junio. Sin embargo, este nivel sigue siendo similar al de junio de 2019. La directora del Servicio de Estudios de Tinsa agregó que es de esperar que la demanda siga desacelerándose a medida que los tipos de interés se reflejen en el costo de las hipotecas.
Las previsiones para el final del año son "moderadamente optimistas". Arias concluyó que el empleo ha seguido resistiendo en agosto, con aumentos en términos desestacionalizados, y la evolución del IPC general en los últimos meses ha permitido que el poder adquisitivo de los hogares comience a restablecerse. Esto se considera un buen punto de partida para la solvencia y confianza de los hogares ante una desaceleración económica esperada en la recta final del año.