En una decisión polémica, el Consell de Menorca tendrá la potestad de determinar si los barcos procedentes de Mallorca podrán pescar langostas en las aguas circundantes a la isla, mediante la emisión de informes vinculantes.

Esta medida fue anunciada por el director general de Pesca del Govern, Antonio María Grau, en respuesta al proyecto de orden que está siendo elaborado para regular la pesca de langosta en las aguas interiores de Baleares y regular el acceso de las embarcaciones de artes menores de Mallorca a Menorca.

Grau señaló que esta nueva normativa surge de la necesidad de simplificar y unificar las regulaciones vigentes, que actualmente presentan contradicciones y complejidades.

En específico, existe una normativa estatal que limita la permanencia de embarcaciones del Mediterráneo fuera de puerto a 16 horas, mientras que normas autonómicas restringen la distancia de las embarcaciones respecto a su puerto base y la posibilidad de cambiar de isla.

Ante estos vacíos legales, el Govern pretende abordar esta situación próximamente mediante la nueva orden en proceso.

Otro aspecto a considerar es el impacto de la pesca de langosta por parte de barcos mallorquines en aguas de Menorca, durante la temporada de pesca de langosta, lo cual afecta a los pescadores locales al debilitar sus capturas una vez finalizada esta época.

Grau destacó la importancia de llegar a un acuerdo entre las cofradías pesqueras de ambas islas para resolver estas disputas.

Por su parte, el presidente de la Federación de las Cofradías de Pescadores de Baleares, Domingo Bonnín, celebró la regulación específica que rige la pesca de langosta en las islas, lo cual ha contribuido a la sostenibilidad de los recursos pesqueros en la región.

A pesar de los desafíos, la bióloga marina del Instituto Español Oceanográfico (IEO), Sandra Mallol, advirtió sobre la sobreexplotación de la población de langostas en el Mediterráneo, aunque destacó los esfuerzos realizados en Baleares para mantener la pesca de manera sostenible.

En medio de este panorama, la preocupación por los efectos del aumento de la temperatura del mar Mediterráneo en las langostas sigue latente, con estudios que indican posibles cambios en su reproducción debido a este factor ambiental.