En una emocionante jornada de arqueología marina, el proyecto Arqueomallornauta ha dado inicio a la fase final de las excavaciones en el pecio de Ses Fontanelles, ubicado en la Playa de Palma. Esta misión, llevada a cabo por el grupo de investigación Civitas de la UIB, tiene como objetivo principal evaluar el estado de conservación del barco que será recuperado en los próximos meses.

Durante todo el mes de abril, se llevará a cabo la meticulosa excavación de la arquitectura naval del barco hundido, a la par que se realizan las exploraciones del entorno circundante al pecio del siglo IV dC, uno de los más destacados en el Mediterráneo.

Una vez que se haya recuperado el pecio, será trasladado al castillo de Sant Carles, donde se construirá un estanco especial para su conservación y para realizar el proceso de desalinización durante un periodo de 18 meses. Este proceso estará abierto al público, permitiendo que la comunidad pueda visitar y aprender más sobre el pecio.

Desde el descubrimiento del barco naufragado, el equipo de investigación de la UIB ha estado involucrado en el análisis y la contextualización histórica de los datos generados en las excavaciones.

Este estudio científico tiene como objetivo obtener nuevas revelaciones sobre el rol que desempeñaron las Islas Baleares en la conectividad mediterránea durante la época romana. Además, el grupo Civitas se encuentra trabajando en iniciativas para compartir estos resultados, contribuyendo activamente en la preparación de una futura exposición.

Entre los artefactos que han sido descubiertos por los investigadores de la UIB se encuentran cerca de 300 ánforas utilizadas para el transporte de diferentes alimentos como salsas de pescado fermentado, aceite, vino y mosto para la conservación de frutas.

La relevancia histórica de estas ánforas radica en que muchas de ellas están intactas y alrededor de cien tienen inscripciones pintadas, conocidas como 'tituli picti', convirtiendo al pecio de Ses Fontanelles en una de las colecciones más extensas de 'tituli picti' en España y una de las más prominentes en el mundo romano.

Adicionalmente, se han descubierto piezas arqueológicas excepcionales como un taladro de arco utilizado por un maestro carpintero para la reparación de la embarcación. Este taladro es el primero de su tipo hallado en España y uno de los pocos conservados en el mundo. También se han encontrado dos zapatos, cordones y restos orgánicos de diversas naturalezas.

Durante la fase de excavación llevada a cabo entre noviembre de 2021 y febrero de 2022, se reveló el excelente estado de conservación de la estructura naval de la embarcación (de 12 metros de longitud y seis metros de ancho), incluyendo elementos únicos como las particiones de madera que separaban las cargas o la conservación del pozo de sentina. Se destaca el óptimo estado de la madera debido al ambiente anóxico del entierro.

Los investigadores han destacado la excepcionalidad del pecio en términos del origen geográfico del barco (proveniente de los alrededores de Cartagena), convirtiéndolo en el primer pecio romano conocido con carga de esta región naufragado en el Mediterráneo. Además, la fecha del hundimiento en la etapa inicial de la antigüedad tardía (siglos III y IV dC) lo hace aún más relevante, ya que la cantidad de embarcaciones conocidas en el Mediterráneo de esa época es escasa y menos aún con cargamento hispánico.

Durante la excavación, también se identificó la presencia de un posible pecio tardopúnico cargado con ánforas de vino de Ibiza en las cercanías del pecio de Ses Fontanelles, añadiendo más capas de complejidad a este emocionante descubrimiento.

Sin embargo, el pecio enfrenta una serie de desafíos y amenazas debido a su ubicación actual. Existe un riesgo potencial de destrucción si ocurrieran nuevos temporales como los que llevaron al descubrimiento del pecio inicialmente. Además, la presión humana es intensa, ya que se encuentra en una de las playas más concurridas de Palma. Por ende, se está trabajando arduamente para garantizar la extracción del casco de la embarcación, asegurando su conservación futura y su eventual musealización para su valoración por generaciones venideras.