En una decisión que ha generado controversia, un juzgado de instrucción de Manacor ha ordenado la libertad con cargos y sin medidas cautelares para los cuatro detenidos acusados de integrar una banda de carteristas que operaba en el centro de Palma. Aunque la Policía Nacional sigue en la búsqueda de otros tres individuos implicados en los hechos.

Se estima que este supuesto clan de carteristas logró sustraer más de 20.000 euros en sus acciones delictivas en Mallorca.

La operación para desarticular a este presunto grupo criminal dedicado a hurtos fue llevada a cabo por la Policía Nacional en colaboración con la Policía Local de Palma, según han informado las autoridades en un comunicado oficial.

Los agentes de la Policía Nacional detectaron la presencia en el centro de Palma de varios miembros de un grupo criminal altamente especializado y con un modus operandi itinerante. Estas personas se alojaban en una finca en Campos y llevaban a cabo sus acciones delictivas en zonas concurridas de Palma y otras localidades de la Part Forana.

Estos individuos actuaban en grupos de manera coordinada, con roles claramente definidos, y organizaban sus actividades delictivas desde la finca antes de desplazarse a los lugares donde cometerían los robos, principalmente enfocados en turistas de edad avanzada. Para evitar ser detectados, alquilaban vehículos que cambiaban regularmente en marca, modelo y color.

Los presuntos autores de los robos se disfrazaban como turistas y se dividían en pequeños equipos para confundir a los testigos y a las víctimas. Usaban tácticas de distracción, como simular que a alguien se le cayó algo al suelo, para luego llevar a cabo el hurto mientras otras personas vigilaban la presencia policial.

Además, hacían uso de las tarjetas bancarias sustraídas para realizar extracciones de dinero o compras fraudulentas. Una de las víctimas denunció cargos por más de 4.000 euros realizados con su tarjeta.

Tras recopilar las pruebas necesarias, los investigadores llevaron a cabo una entrada y registro en la finca donde residían los presuntos culpables, con el apoyo de perros entrenados en la detección de dinero y recursos aéreos.

En la vivienda se encontraron varios objetos de valor, incluyendo divisas de 13 países diferentes, teléfonos móviles de alta gama y otros artículos robados, como por ejemplo un teléfono sustraído a una mujer en un autobús en Palma.

Los cuatro miembros del grupo, dos hombres y dos mujeres de origen rumano, fueron detenidos por su presunta participación en delitos de integración en grupo criminal y hurto continuado. Se estima que los beneficios obtenidos por el grupo superan los 20.000 euros, además de las cantidades enviadas fuera del país y el dinero extraído en cajeros automáticos o a través de compras fraudulentas.