La Asociación para la Revitalización de los Centros Antiguos (ARCA) ha expresado su descontento por la construcción invasiva de una terraza en el Baluard, la cual tiene una altura de más de 20 centímetros y está hecha de ladrillos de obra. Según ARCA, esta estructura ocupa gran parte del espacio y afecta negativamente al entorno patrimonial, mostrando un claro desprecio por el lugar al tratarlo como un simple decorado para su negocio de restauración.
Además, ARCA también ha criticado la construcción de un cerramiento para la lámina de agua, considerándolo innecesario y despersonalizante, así como la instalación de pérgolas fijas que crearán un efecto de pantalla sobre los muros. Según la asociación, estas intervenciones demuestran una falta de respeto hacia el monumento y sus intenciones de disfrutar de un espacio privilegiado para su beneficio personal.
ARCA ha recordado que la rehabilitación del Baluard se ha realizado con fondos públicos con el objetivo de recuperar una parte de la historia y el paisaje de la isla. Por lo tanto, consideran que es aceptable que haya un negocio de restauración en la terraza, pero no una invasión estética que tapa y distorsiona el lugar.
La asociación también ha expresado su preocupación de que esta construcción dificulte o impida a la población disfrutar libremente de todo el perímetro del mirador. Consideran paradójico que la normativa de terrazas prohíba los toldos y solo permita sombrillas, mientras que en un lugar patrimonial de excelencia como el Baluard se permita construir un "chill out".
ARCA considera que esta propuesta es desafortunada y colonizadora, y si realmente cuenta con los permisos de Patrimonio, según la asociación, es una demostración más de la mala gestión pública y la falta de un criterio estricto en la protección del paisaje patrimonial.